© Alianza Q-Cero 2024 | by Marmarru Studio
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El pasado miércoles 3 de noviembre, en el marco de la Alianza Q-Cero, se celebró el tercer Qafé-Cero, un encuentro virtual que reunió a más de 50 personas interesadas en conocer sobre las experiencias de empresas del sector de alimentación y bebidas en su camino hacia la descarbonización.
A continuación, Mariana Catalina Jiménez, líder técnica en EPRI y moderadora del encuentro, subrayó el rol fundamental de la industria de alimentación y bebidas en España. Jiménez destacó que este sector, compuesto por más de 28.000 empresas, no solo representa el 2% de las emisiones de dióxido de carbono del país, sino también alrededor del 22% del empleo en el ámbito manufacturero. “Este sector tiene un impacto directo y significativo en la economía y en el medio ambiente de España”, afirmó, resaltando la necesidad de que las empresas trabajen en la sostenibilidad y adopten nuevas prácticas.
Para profundizar en los esfuerzos de descarbonización, Jiménez destacó que los avances del sector se han centrado en tres elementos clave: la optimización de procesos, la adopción de tecnologías sostenibles y la implementación de hojas de ruta claras y medibles. Explicó que en los últimos años, estas iniciativas han mostrado resultados positivos en eficiencia y reducción de emisiones. “España es una potencia en este sector, y hoy conoceremos la experiencia de distintos actores relevantes. Nuestro objetivo es generar ideas, reflexiones y lecciones que puedan ser útiles para otras empresas en su camino hacia la sostenibilidad”, explicó Mariana Jiménez.
El primero en tomar la palabra fue Roberto Alonso Baptista de Sousa, Secretario General de ANFACO-CECOPESCA, quien comenzó su intervención destacando los esfuerzos de la industria conservera en investigación tecnológica para reducir su impacto ambiental. “Trabajamos desde hace décadas no solo en la gestión de los stocks pesqueros, sino también en la transición verde de nuestra cadena de valor”, comentó Alonso y añadió: “Siempre se requiere mantener en equilibrio los ecosistemas porque esto repercute en el producto”.
Alonso explicó que los procesos térmicos de la industria, como la cocción y la esterilización, demandan un alto consumo de gas natural. “Estamos probando tecnologías emergentes como la inducción y la electrificación de nuestros procesos, aunque actualmente aún es más competitivo usar gas natural que electricidad,” señaló. Al referirse a los distintos desafíos de estas tecnologías, enfatizó que cada una presenta sus propias limitaciones: «Las soluciones de electrificación tienen el reto de la eficiencia y debemos ser conscientes de que hay servicios que no pueden electrificarse». Mencionó que los retos tecnológicos abarcan la electrificación, la adaptación, la competitividad y el desarrollo de nuevas tecnologías descarbonizadas, que buscan reducir significativamente la demanda térmica.
A lo largo de su intervención, Alonso subrayó que la transición no solo responde a una responsabilidad ambiental, sino también a un asunto de competitividad. “Para nosotros, la descarbonización no es solo una meta ecológica, sino un imperativo económico. Necesitamos soluciones que no sólo reduzcan la huella de carbono, sino que también sean viables para nuestros negocios”, puntualizó. Basándose en esta perspectiva, el panelista explicó el rol fundamental de la innovación en el proceso: “La ciencia sin innovación a la larga no es eficiente. Este proceso necesita de tecnólogos y de investigación. Estamos desarrollando colaboración público-privada para prototipar diferentes tipos de soluciones. La innovación es una palanca y hoy en día hay un interés público para incentivar la innovación».
Esta parte de la conversación abordó el despliegue de la Hoja de Ruta en tres empresas del sector de Alimentación y Bebidas a través de proyectos concretos. La primera en presentar fue Henar López Senovilla, Directora de Comunicación, RSC y Asuntos Públicos de Lactalis España, quien destacó el logro de la empresa al reducir sus emisiones de alcance uno y dos en un 70%. “Es fundamental combinar una alimentación nutritiva y de calidad con sostenibilidad, pero esta debe ser competitiva y considerar los aspectos medioambientales, económicos y sociales”, afirmó López Senovilla.
Explicó que la estrategia de Lactalis se basa en dos enfoques: uno cultural, enfocado en la formación y sensibilización de los empleados, y otro operativo, centrado en mejorar la eficiencia de los procesos. “Para nosotros, la sostenibilidad es un compromiso compartido por las 2.500 personas que trabajamos en Lactalis”, dijo.
López Senovilla también compartió detalles de uno de los proyectos en la planta de Villarrobledo, donde se han implementado tecnologías de ósmosis inversa para mejorar el proceso de fabricación de queso. Con este sistema, se redujo en un 25% el uso de agua y en un 50% el consumo de vapor. “Consideramos este caso un ejemplo de solución sistémica y holística con menor huella medioambiental”, comentó. Además, destacó el uso de energías renovables en sus instalaciones y mencionó el acuerdo a largo plazo que han firmado para abastecerse de electricidad de origen solar y eólico. “Estamos comprometidos a hacer más sostenible la fabricación de productos lácteos con la menor huella medioambiental posible», afirmó.
A continuación, María Leiva, responsable de sostenibilidad para el sur de Europa en PepsiCo, explicó los avances de su compañía en la planta de Etxebarri-Ibiña, con el objetivo de convertirla en la primera planta de cero emisiones para 2025. Leiva compartió los desafíos y aprendizajes del proceso de descarbonización, detallando los criterios que guiaron la elección de la tecnología más adecuada. Inicialmente se exploraron opciones como el hidrógeno verde y el biogás, que finalmente no resultaron viables. “Tras analizar diferentes opciones, decidimos que la electrificación total era el camino adecuado», afirmó.
El proyecto de PepsiCo incluye una planta fotovoltáica y una caldera eléctrica para reducir el uso de combustibles fósiles. “Hemos tenido que reorganizar equipos y trabajar a fondo para definir una estrategia sólida que sea financieramente viable», mencionó María, subrayando la importancia de recibir apoyo público para proyectos de esta magnitud. “Honestamente, una descarbonización total no es viable, por tanto, las ayudas públicas en combinación con la inversión privada son fundamentales», puntualizó.
La última intervención fue de Juan Antonio López Abadía, Director de Optimización, Energía y Medio Ambiente del Grupo Damm, quien presentó las acciones de la empresa para reducir un 30% las emisiones de su cadena logística. Explicó que Damm ha implementado camiones eléctricos en rutas cortas y sistemas de carga solar en sus almacenes. “Cada paso cuenta. Sabemos que el transporte tiene un impacto importante, y estos avances nos permiten reducirlo progresivamente”, comentó hablando más sobre la descarbonización asociada al transporte y distribución. “Una de las primeras metas es reducir el consumo y con esto ya estamos descarbonizando”, añadió. En Damm, han instalado numerosas placas solares y también han optimizado los procesos de depuración.
El representante del Grupo Damm también abordó los retos y aprendizajes relacionados con la flota de vehículos y su reemplazo por camiones eléctricos. “El salto a un camión eléctrico es un reto. Ahora funciona porque recorren distancias cortas. El reto tiene que ver con la autonomía de las baterías y el peso de estas.” También mencionó la necesidad de explorar el uso de combustibles alternativos. “Hay que hacer todos los estudios igual y ver qué tan viables son, su disponibilidad eléctrica”, añadió.
Por último, destacó la relevancia de aprovechar los subproductos y residuos de los procesos productivos. “Estamos reutilizando el biogás que generamos en nuestras plantas para cubrir parte de nuestra demanda energética”, explicó López Abadía, y añadió que la empresa continuará apostando por tecnologías de eficiencia energética para reducir su huella ambiental.
El evento concluyó con una sesión de preguntas en la que se discutieron temas clave sobre el rol de los consumidores y la responsabilidad de la cadena de valor en la descarbonización. Una de las preguntas planteó si los consumidores están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. Henar López Senovilla, de Lactalis, señaló que, aunque la sostenibilidad es un valor importante, aún existe una barrera en cuanto a asumir un costo mayor. “Cuesta que el consumidor esté dispuesto a asumir ese costo adicional. Desde nuestra parte, lanzamos campañas para educarlos sobre el reciclaje y la gestión de residuos. Queremos que comprendan la importancia de su rol en la circularidad”, explicó.
Juan Antonio López Abadía, de Grupo Damm, enfatizó la necesidad de incentivar mejores prácticas. “Los consumidores son esenciales en esta cadena. Sin ellos, no se puede garantizar la circularidad de los productos. En nuestro caso, estamos comprometidos a ofrecer alternativas sostenibles, pero el éxito depende de que ellos también hagan su parte, desde el reciclaje hasta la elección de productos”, comentó. Añadió que el camino hacia una industria más limpia requiere fortalecer el suelo y fomentar la biodiversidad: “La agricultura regenerativa es una herramienta clave para fijar carbono en el suelo y regenerar el ecosistema. Además, es vital fomentar la biodiversidad, porque es la base que permite que estos sistemas realmente funcionen”.
Roberto Alonso Baptista de Sousa, de ANFACO-CECOPESCA, subrayó la necesidad de considerar la sostenibilidad en la industria alimentaria de forma integral. “No hay que ver las medidas, soluciones y tecnología de forma aislada. Los ecosistemas y la cadena alimentaria deben entenderse como un sistema completo”, afirmó. Alonso mencionó que las iniciativas de descarbonización, como el cambio de tecnología o la reducción de emisiones, deben considerar el ciclo de vida de los productos y el impacto en cada eslabón de la cadena. “Si pensamos en soluciones fragmentadas, corremos el riesgo de desbalancear los ecosistemas que intentamos proteger», concluyó.
María Leiva, de PepsiCo, finalizó el diálogo refiriéndose al rol de la industria en fomentar prácticas responsables. “Como industria alimentaria, tenemos la responsabilidad de liderar e incentivar buenas prácticas. Esto es fundamental para el progreso de toda la cadena”. También enfatizó que la colaboración con políticas públicas resulta clave para facilitar esta transición a largo plazo.
Este intercambio resaltó que la descarbonización no depende solo de los avances tecnológicos, sino también de la colaboración entre todos los actores de la cadena de valor y del compromiso de los consumidores. Como señaló la moderadora, Mariana Catalina Jiménez en sus palabras finales: “La sostenibilidad es una meta compartida que requiere esfuerzo colectivo. Cada paso cuenta”.
El pasado miércoles 3 de noviembre, en el marco de la Alianza Q-Cero, se celebró el tercer Qafé-Cero, un encuentro virtual que reunió a más de 50 personas interesadas en conocer sobre las experiencias de empresas del sector de alimentación y bebidas en su camino hacia la descarbonización.
A continuación, Mariana Catalina Jiménez, líder técnica en EPRI y moderadora del encuentro, subrayó el rol fundamental de la industria de alimentación y bebidas en España. Jiménez destacó que este sector, compuesto por más de 28.000 empresas, no solo representa el 2% de las emisiones de dióxido de carbono del país, sino también alrededor del 22% del empleo en el ámbito manufacturero. “Este sector tiene un impacto directo y significativo en la economía y en el medio ambiente de España”, afirmó, resaltando la necesidad de que las empresas trabajen en la sostenibilidad y adopten nuevas prácticas.
Para profundizar en los esfuerzos de descarbonización, Jiménez destacó que los avances del sector se han centrado en tres elementos clave: la optimización de procesos, la adopción de tecnologías sostenibles y la implementación de hojas de ruta claras y medibles. Explicó que en los últimos años, estas iniciativas han mostrado resultados positivos en eficiencia y reducción de emisiones. “España es una potencia en este sector, y hoy conoceremos la experiencia de distintos actores relevantes. Nuestro objetivo es generar ideas, reflexiones y lecciones que puedan ser útiles para otras empresas en su camino hacia la sostenibilidad”, explicó Mariana Jiménez.
El primero en tomar la palabra fue Roberto Alonso Baptista de Sousa, Secretario General de ANFACO-CECOPESCA, quien comenzó su intervención destacando los esfuerzos de la industria conservera en investigación tecnológica para reducir su impacto ambiental. “Trabajamos desde hace décadas no solo en la gestión de los stocks pesqueros, sino también en la transición verde de nuestra cadena de valor”, comentó Alonso y añadió: “Siempre se requiere mantener en equilibrio los ecosistemas porque esto repercute en el producto”.
Alonso explicó que los procesos térmicos de la industria, como la cocción y la esterilización, demandan un alto consumo de gas natural. “Estamos probando tecnologías emergentes como la inducción y la electrificación de nuestros procesos, aunque actualmente aún es más competitivo usar gas natural que electricidad,” señaló. Al referirse a los distintos desafíos de estas tecnologías, enfatizó que cada una presenta sus propias limitaciones: «Las soluciones de electrificación tienen el reto de la eficiencia y debemos ser conscientes de que hay servicios que no pueden electrificarse». Mencionó que los retos tecnológicos abarcan la electrificación, la adaptación, la competitividad y el desarrollo de nuevas tecnologías descarbonizadas, que buscan reducir significativamente la demanda térmica.
A lo largo de su intervención, Alonso subrayó que la transición no solo responde a una responsabilidad ambiental, sino también a un asunto de competitividad. “Para nosotros, la descarbonización no es solo una meta ecológica, sino un imperativo económico. Necesitamos soluciones que no sólo reduzcan la huella de carbono, sino que también sean viables para nuestros negocios”, puntualizó. Basándose en esta perspectiva, el panelista explicó el rol fundamental de la innovación en el proceso: “La ciencia sin innovación a la larga no es eficiente. Este proceso necesita de tecnólogos y de investigación. Estamos desarrollando colaboración público-privada para prototipar diferentes tipos de soluciones. La innovación es una palanca y hoy en día hay un interés público para incentivar la innovación».
Esta parte de la conversación abordó el despliegue de la Hoja de Ruta en tres empresas del sector de Alimentación y Bebidas a través de proyectos concretos. La primera en presentar fue Henar López Senovilla, Directora de Comunicación, RSC y Asuntos Públicos de Lactalis España, quien destacó el logro de la empresa al reducir sus emisiones de alcance uno y dos en un 70%. “Es fundamental combinar una alimentación nutritiva y de calidad con sostenibilidad, pero esta debe ser competitiva y considerar los aspectos medioambientales, económicos y sociales”, afirmó López Senovilla.
Explicó que la estrategia de Lactalis se basa en dos enfoques: uno cultural, enfocado en la formación y sensibilización de los empleados, y otro operativo, centrado en mejorar la eficiencia de los procesos. “Para nosotros, la sostenibilidad es un compromiso compartido por las 2.500 personas que trabajamos en Lactalis”, dijo.
López Senovilla también compartió detalles de uno de los proyectos en la planta de Villarrobledo, donde se han implementado tecnologías de ósmosis inversa para mejorar el proceso de fabricación de queso. Con este sistema, se redujo en un 25% el uso de agua y en un 50% el consumo de vapor. “Consideramos este caso un ejemplo de solución sistémica y holística con menor huella medioambiental”, comentó. Además, destacó el uso de energías renovables en sus instalaciones y mencionó el acuerdo a largo plazo que han firmado para abastecerse de electricidad de origen solar y eólico. “Estamos comprometidos a hacer más sostenible la fabricación de productos lácteos con la menor huella medioambiental posible», afirmó.
A continuación, María Leiva, responsable de sostenibilidad para el sur de Europa en PepsiCo, explicó los avances de su compañía en la planta de Etxebarri-Ibiña, con el objetivo de convertirla en la primera planta de cero emisiones para 2025. Leiva compartió los desafíos y aprendizajes del proceso de descarbonización, detallando los criterios que guiaron la elección de la tecnología más adecuada. Inicialmente se exploraron opciones como el hidrógeno verde y el biogás, que finalmente no resultaron viables. “Tras analizar diferentes opciones, decidimos que la electrificación total era el camino adecuado», afirmó.
El proyecto de PepsiCo incluye una planta fotovoltáica y una caldera eléctrica para reducir el uso de combustibles fósiles. “Hemos tenido que reorganizar equipos y trabajar a fondo para definir una estrategia sólida que sea financieramente viable», mencionó María, subrayando la importancia de recibir apoyo público para proyectos de esta magnitud. “Honestamente, una descarbonización total no es viable, por tanto, las ayudas públicas en combinación con la inversión privada son fundamentales», puntualizó.
La última intervención fue de Juan Antonio López Abadía, Director de Optimización, Energía y Medio Ambiente del Grupo Damm, quien presentó las acciones de la empresa para reducir un 30% las emisiones de su cadena logística. Explicó que Damm ha implementado camiones eléctricos en rutas cortas y sistemas de carga solar en sus almacenes. “Cada paso cuenta. Sabemos que el transporte tiene un impacto importante, y estos avances nos permiten reducirlo progresivamente”, comentó hablando más sobre la descarbonización asociada al transporte y distribución. “Una de las primeras metas es reducir el consumo y con esto ya estamos descarbonizando”, añadió. En Damm, han instalado numerosas placas solares y también han optimizado los procesos de depuración.
El representante del Grupo Damm también abordó los retos y aprendizajes relacionados con la flota de vehículos y su reemplazo por camiones eléctricos. “El salto a un camión eléctrico es un reto. Ahora funciona porque recorren distancias cortas. El reto tiene que ver con la autonomía de las baterías y el peso de estas.” También mencionó la necesidad de explorar el uso de combustibles alternativos. “Hay que hacer todos los estudios igual y ver qué tan viables son, su disponibilidad eléctrica”, añadió.
Por último, destacó la relevancia de aprovechar los subproductos y residuos de los procesos productivos. “Estamos reutilizando el biogás que generamos en nuestras plantas para cubrir parte de nuestra demanda energética”, explicó López Abadía, y añadió que la empresa continuará apostando por tecnologías de eficiencia energética para reducir su huella ambiental.
El evento concluyó con una sesión de preguntas en la que se discutieron temas clave sobre el rol de los consumidores y la responsabilidad de la cadena de valor en la descarbonización. Una de las preguntas planteó si los consumidores están dispuestos a pagar más por productos sostenibles. Henar López Senovilla, de Lactalis, señaló que, aunque la sostenibilidad es un valor importante, aún existe una barrera en cuanto a asumir un costo mayor. “Cuesta que el consumidor esté dispuesto a asumir ese costo adicional. Desde nuestra parte, lanzamos campañas para educarlos sobre el reciclaje y la gestión de residuos. Queremos que comprendan la importancia de su rol en la circularidad”, explicó.
Juan Antonio López Abadía, de Grupo Damm, enfatizó la necesidad de incentivar mejores prácticas. “Los consumidores son esenciales en esta cadena. Sin ellos, no se puede garantizar la circularidad de los productos. En nuestro caso, estamos comprometidos a ofrecer alternativas sostenibles, pero el éxito depende de que ellos también hagan su parte, desde el reciclaje hasta la elección de productos”, comentó. Añadió que el camino hacia una industria más limpia requiere fortalecer el suelo y fomentar la biodiversidad: “La agricultura regenerativa es una herramienta clave para fijar carbono en el suelo y regenerar el ecosistema. Además, es vital fomentar la biodiversidad, porque es la base que permite que estos sistemas realmente funcionen”.
Roberto Alonso Baptista de Sousa, de ANFACO-CECOPESCA, subrayó la necesidad de considerar la sostenibilidad en la industria alimentaria de forma integral. “No hay que ver las medidas, soluciones y tecnología de forma aislada. Los ecosistemas y la cadena alimentaria deben entenderse como un sistema completo”, afirmó. Alonso mencionó que las iniciativas de descarbonización, como el cambio de tecnología o la reducción de emisiones, deben considerar el ciclo de vida de los productos y el impacto en cada eslabón de la cadena. “Si pensamos en soluciones fragmentadas, corremos el riesgo de desbalancear los ecosistemas que intentamos proteger», concluyó.
María Leiva, de PepsiCo, finalizó el diálogo refiriéndose al rol de la industria en fomentar prácticas responsables. “Como industria alimentaria, tenemos la responsabilidad de liderar e incentivar buenas prácticas. Esto es fundamental para el progreso de toda la cadena”. También enfatizó que la colaboración con políticas públicas resulta clave para facilitar esta transición a largo plazo.
Este intercambio resaltó que la descarbonización no depende solo de los avances tecnológicos, sino también de la colaboración entre todos los actores de la cadena de valor y del compromiso de los consumidores. Como señaló la moderadora, Mariana Catalina Jiménez en sus palabras finales: “La sostenibilidad es una meta compartida que requiere esfuerzo colectivo. Cada paso cuenta”.